Todos queremos estar ahí. Es la fecha en que los integrantes de la patria futbolera quieren ver a Messi gambeteando a todos y dándole un pase a la red. Para gritar, emocionarse, y sentirse feliz al menos por un rato. Pero el Mundial Sudáfrica 2010 se vive día a día. No es sólo una pelota de fútbol. Es pasión, es comunicación, es negocio, también. Es identidad, compromiso, respeto y también violencia. Se vive en la calle pero también en los medios. Y mucho mas en las plataforma tecnológicas. La cátedra de Periodismo Deportivo de 4 año de la UAI Rosario te invita a participar, soñar a pensar juntos que significa un Mundial de Fútbol para nuestro país. El silbato acaba de sonar.

miércoles, 7 de julio de 2010

De dirigentes analógicos y futbolistas digitales


La pelota golpea el travesaño, pica adentro, y se escapa del arco hasta las manos del arquero. La ven adentro los hinchas alemanes, que se toman la cabeza, y también los ingleses, que gritan con fuerza el golazo de Lampard. Desde el bar amigo o el living de casa lo ven millones de personas en todo el mundo, y no hay duda alguna que la pelota entró. No hay dudas, porque la TV brinda, en repetidas ocasiones y desde distintos ángulos, la evidencia empírica de gol. Pero el árbitro, aún frente a esta evidencia, decide no cobrarlo, y son ahora los ingleses los que se toman la cabeza. Ese gol hubiera sido el 2 a 2 que cambiaba toda la historia.


Horas después, a otro arquero se le escapa la pelota de las manos, que tras hacer escala en los pies de Lio y la cabeza de Carlitos, termina en el fondo de la red. Lo gritan 40 millones, lo sufren 110. La repetición del estadio afirma la posición adelantada, y llega segundos después a la vista de los hinchas mexicanos, que furibundos le reclaman al árbitro que lo anule. Era el 1 a 0, y el gol fue desequilibrante para un rival que pocos minutos después comete un tonto error defensivo y sella su derrota.


Después de la polémica que le siguió a estos goles, el fútbol puso en discusión el dilema preponderante del siglo XXI, ¿aceptar la tecnología o seguir resistiéndola?


Algunos puristas del balompié salieron con tapones de punta a defender ese “juego natural”, sin aditivos tecnológicos, y frente a ellos se plantó una masiva disidencia que abraza la tecnología en nombre de la justicia futbolística. En ese deporte profesional hecho por jóvenes pero dirigido por dinosaurios, el jerarca máximo de la FIFA cedió un poquito en su conservadurismo, y tras ofrecer sus disculpas a los equipos de México e Inglaterra, prometió considerar el uso de tecnología en el único deporte al que todavía no ha llegado.


Mientras el dinosaurio de la FIFA deambula sin rumbo por un mundo cada vez más digitalizado, los jugadores ya hacen un uso extensivo de las nuevas tecnologías. El equipo uruguayo no sólo se destacó por el brillante papel que hicieron en este Mundial, sino también por contar con el primer jugador genuinamente 2.0: Diego Forlán. Sin tener la obligación de usar las redes sociales -como sí la tienen varios futbolistas bajo contrato de corporaciones multinacionales- fue contando el día a día de la concentración charrúa, tan sólo por el amor a sus hinchas y a lo digital. Desde sus posteos en Twitter y Facebook, mezclados con fotos y videos subidos en YouTube, el capitán de la selección uruguaya ejerció, desde su humilde lugar como futbolista, una simbólica resistencia contra lo viejo, que viene a ser reemplazado.


Por: Ignacio Fosco

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