Todos queremos estar ahí. Es la fecha en que los integrantes de la patria futbolera quieren ver a Messi gambeteando a todos y dándole un pase a la red. Para gritar, emocionarse, y sentirse feliz al menos por un rato. Pero el Mundial Sudáfrica 2010 se vive día a día. No es sólo una pelota de fútbol. Es pasión, es comunicación, es negocio, también. Es identidad, compromiso, respeto y también violencia. Se vive en la calle pero también en los medios. Y mucho mas en las plataforma tecnológicas. La cátedra de Periodismo Deportivo de 4 año de la UAI Rosario te invita a participar, soñar a pensar juntos que significa un Mundial de Fútbol para nuestro país. El silbato acaba de sonar.

martes, 29 de junio de 2010

Me tomo cinco minutos, me tomo un te, y miro a Carlitos Tevez


Hace frío, es sábado y la Selección Argentina enfrenta en su tercer encuentro a México. Me hago un té y me acomodo frente al televisor.

El Partido es decisivo, el equipo que pierde se vuelve a su país y allí se termina el Mundial para muchos, toda una ilusión, todo un sueño.

Yo me reconozco no ser fanática del fútbol, pero soy de esas que no se pierde ningunos de los partidos de la Selección de Maradona.

Desde que comenzó el Campeonato de Fútbol miré los partidos sola, porque así grito cuando quiero, aliento, me pregunto y me respondo con los periodistas que ofician de relatores y de comentaristas. Yo no sabre nada de fútbol, pero no tengo como se dice mal intencionado, pero algunos comentaristas te dan ganas de insultarlos, quieren explicar lo inexplicable, te dicen lo que piensa el jugador, el técnico y el árbitro son periodistas o son adivinos?

El sábado miraba la transmisión de Telefe, que hay que reconocerle tiene buenas cámaras y bien dispuestas en el campo de juego, eran apenas pasados unos minutos de comenzado el encuentro y ya cuestionaban la formación que Diego había diagramado para ese día.

Pero a los 25 minutos entra la pelota al arco opositor y Carlitos Tevez autor de está jugada se da cuenta que estaba fuera de juego, (yo también me dí cuenta) pero así todo, todos lo gritamos y lo festejamos.

Me puse contenta por Carlitos, era su primer gol en Sudáfrica, pensaba que momento para este muchachito, seguramente el sueño de su vida, desde su primeras patadas a una pelota en su barrio de Fuerte Apache, se hace grande en la cancha de Boca, luego Brasil y sus días en el Manchester, hoy defendiendo los colores de la celeste y blanca en Johannesburgo.

Coincide en muchas cosas con el Diego, la pasión por la pelota, el origen de cada uno y el camino que ambos han hecho dentro de la historia del fútbol.

Las vuvuzelas africanas y las rosarinas no dejan de sonar, los mexicanos no dejaban de pelearla, la batalla continuaba, Gonzalo Higuaín nos da la segunda alegría.

El jugador del Manchester corría contento, sigue el partido y otra vez, Carlitos, sí, Tevez, convierte el segundo gol, “se me abrió el arco dijo” con mucha emoción al ser consultado por los periodistas, pero a los pocos minutos nomás pasas de la alegría a la tristeza, Maradona lo saca de la cancha. Quedó molestó, enojado no entendía el cambio. Pero el Diego lo preserva seguramente para el próximo partido.

Termina el partido, otra vez gritos y cantos en alto, papelitos de colores celeste y blanco, bocinazos y la algarabía de todos los argentinos, los que saben y los que no entendemos nada de fútbol. La alegría se contagia, me pone contenta los goles de un chico criado en un potrero y hoy estrella de una selección que tiene hambre de gloria. Bueno ahora habrá que esperar, ojala el sábado próximo contra los alemanes se repita el triunfo, y por cábala otra vez lo voy a ver sola.


Por: Mónica Caso.

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