Calles colmadas de autos, el ruido ensordecedor de cornetas y cantito. La gente mostraba orgullosa la camisetas y todo era felicidad. El Monumento a la Bandera fue el epicentro de los festejos.
Cerca de las siete de la tarde el Monumento se colmaba de gente, de todas las edades, de distintas clases sociales y todos los cuadros de fútbol, todos podían convivir en un mismo espacio, Newells y Central por primera vez podían compartir en un mismo festejo sin disturbios, porque el único objetivo de anoche era festejar el triunfo de Argentina y seguir alentándolos para el próximo partido.
Fueron infinitos los pases a la “Pulga” de diversos jugadores para que concreten su primer gol en el Mundial, y este no pudo ser. Pero los dos de Tevez y el restante de Higuain fueron suficientes para que ninguna calle de la ciudad quede desolada.
En la venta ambulante no pudo faltar la careta de SpiderMan celeste y blanca, las vuvuzelas eran infaltables al igual que los gorros y las camisetas. Lo más apreciado que todos llevaban los mismo colores: las discordia, peleas y diferencias de pensamientos de hace unos meses en la ciudad por la ida a la B de Central quedo en el olvido por la pasión al seleccionado.
Si el pase a cuarto de finales colmó la ciudad, no quiero imaginar el próximo sábado cuando Argentina juega por la posibilidad de pasar a semifinales.
Por: Virginia Gordillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario